Dicen que las despedidas siempre son dolorosas, pero encima si son anunciadas lo son aun mas. No me refiero a cuando alguien se va, sino a cuando tu ves que se esta yendo. A cuando tu ves que ya no es lo mismo y que poco a poco las distancias se hacen enormes incluso estando al lado.
Día tras día vas viendo que ya no es igual. Las frases dejan de surgir espontaneas, se fuerzan las expresiones y llega un día en el que ya no hay nada que decir.
Normalmente siempre hay un punto en el que te das cuenta de que no es lo que esperabas o habías soñado. Un punto en el que a poner las cartas sobre la mesa no hay nadie, que es el fin y te empeñas en que no lo sea, pero es inevitable. Va pasando el tiempo e intentas seguir igual pero cada día que pasa te vas dando cuenta de que jamas volverá a ser lo mismo. Intentas ser como siempre, pero ya no es igual. Ya no compartes, solo cuentas. Ya no disfrutas, solo pasas el tiempo. Al final llega el momento que definitivamente la distancia se hace insalvable.
Llega el momento de la separación.
Por el motivo que sea, cualquier tontería es valida y entonces es cuando te planteas de nuevo todo lo que ha pasado. Analizas todo lo sucedido, te comes la cabeza con lo que podías haber hecho y no hiciste o con lo que no tenias que haber hecho.
Sientes rabia por no haber tenido una oportunidad antes de llegar a esa situación o por no haberla aprovechado.
Pero por mucho que te comes la cabeza ya ves que no hay solución y aunque la hubiera te das cuenta de que la magia desapareció. Perdió el encanto.
Es entonces cuando entras en la situación que yo digo de "conocidos". Hola. Adiós. Y poco mas.
Y como en cualquier película al terminar aparece un letrero de fin. No lo ves pero sabes que ha salido y esta fijo en la pantalla. Y es entonces cuando recoges los trastos, levantas la cabeza, miras al frente, sonríes caminando con la cabeza bien alta y piensas
"FUE BONITO MIENTRAS DURO Y TUVE LA SUERTE DE PODER VIVIRLO"
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